19 abril 2007

Presentación

Éste es el comienzo de una campaña personal, que espero pronto sea una campaña ciudadana, en favor de la autonomía municipal plena de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina.


Rosario es la ciudad más populosa de Santa Fe (casi 1 millón de habitantes, más de 1,2 millones contando su área metropolitana) y la tercera en Argentina (después de la capital, Buenos Aires, y de la ciudad de Córdoba). Es un puerto de gran importancia y el centro de una próspera región dedicada a la agricultura y la industria. A pesar de tener tres veces la cantidad de habitantes de la capital provincial (Santa Fe) y ser el hogar de un tercio de la población provincial total, Rosario es tratada como cualquier otra ciudad. Su relevancia política queda disminuida por la centralización absoluta de la administración en la ciudad de Santa Fe. Rosario también es y ha sido discriminada sistemática en el reparto de los fondos correspondientes a las municipalidades y comunas.

Desde la reforma de la Constitución Nacional Argentina en 1994, las provincias deben garantizar la autonomía de sus municipios. La Constitución de la Provincia de Santa Fe no incluye este requerimiento. Los académicos legales están divididos en lo que se refiere a si hace falta una reforma de la constitución de Santa Fe para incluir explícitamente el tema de las autonomías municipales, o si por el contrario sería suficiente una ley con trámite normal de la Legislatura provincial. Sin importar esto, la implementación de la autonomía municipal (no sólo para Rosario sino también para la ciudad de Santa Fe) es una deuda que las fuerzas políticas gobernantes de esta provincia han rehusado saldar durante más de una década.

La autonomía municipal no implica una secesión en la provincia. Lo que se llama "autonomía" puede ser planteado en diferentes campos y en varios niveles según se considere apropiado. Para Rosario, debería incluir la facultad de elegir su propia forma de gobierno, de recaudar impuestos, y de dictar leyes de ámbito local. En lo abstracto, el status autónomo debe promover la idea de que la ciudad es una entidad por derecho propio y no simplemente una subdivisión o un distrito de un territorio mayor al que se le ha concedido la merced de gobernarse a sí mismo dentro de una estructura fijada "desde arriba".

La autonomía no es una receta para el éxito; no es una solución para los problemas concretos y urgentes que enfrenta Rosario. Es sólo un marco para cosas más grandes, un paso necesario para ciertos desarrollos que deben producirse, y debería ser una prioridad estratégica del mayor nivel. La política es demasiado importante para que la dejemos en manos de los políticos, así que nosotros, los ciudadanos, tenemos que hacer algo. Como mínimo, hagamos saber a nuestros representantes que deben pensar y actuar sobre este tema.


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